El domingo primero de septiembre la periodista de este diario María de León Pérez llamó a su amiga a redacción y le dijo: ‘Óyeme, Oma, dile a Germán Mendoza (director) que hoy no puedo ir a trabajar. Desde anoche estoy con una ‘maluquera’ tremenda, es una gripe fuerte. Fui al Seguro Social y me incapacitaron… ¡ah!, y avisa que es como una epedidemia porque hay mucha gente ‘tumbada’ con esa vaina.
Fue la primera noticia que tuvimos en El Universal sobre lo
que hoy todo el ´país conoce como ‘el abrazo del pato’, nombre con el que este
diario bautizó la epidemia y que hizo carrera hasta el punto que el Ministerio
de Salud lo utiliza para identificarla.En realidad, la autora del nombre popular del virus es una
enfermera de la clínica Henrique de la Vega del ISS, que, sin pensar que su
idea propagaría en todos los rincones de Colombia, la lanzó a los periodistas
que aquella vez fuimos a investigar la epidemia.
Ese domingo no había muchas noticias. La Selección Colombia
se enfrentaba a la de Chile en Barranquilla y la ciudad estaba literalmente
desolada. Tofo giraba en torno al encuentro futbolero.
Con la periodista Ximena Fernández nos fuimos a ver que
estaba pasando con la enfermedad. Antes de salir el director del periódico Germán
Mendoza informándonos sobre nuestro trabajo nos dijo: ‘Sí, hagan investigación
porque mis hijos también están mal’.
En mitad de camino hacia el ISS nos acordamos que el
veterano periodista oriundo de Calamar -pero que hizo su carrera en
Barranquilla – Marcos Pérez por largos años quien bautizó las epidemias
gripales en esa ciudad vecina.
‘Tenemos que ponerle nombre a esta gripe’, dijimos y
empezamos a ensayar: ‘¿Qué tal el abrazo del Samper; o el abrazo de Perafán; o
el abrazo de Shakira?’En realidad ningunos de estos ‘abrazos’ nos ‘cuadró’. Los
despechamos.’Después veremos, primero investiguemos que está pasando’, dijimos. Cuando llegamos – eran las 4 de la tarde aproximadamente – a la Clínica del Seguro nos encontramos con
un panorama conmovedor.
La emergencia era hervidero de niños en brazos de sus
madres, viejos y jóvenes esperando a que los atendieran. Todos sentían los
mismo: vmitos, fiebre, dolor de huesos, ‘apretazón’, tos…
Le preguntamos al portero que está pasando y nos respondió: ‘Desde
el sábado en la noche está llegando gente con estos síntomas: es una epidemia.
Si quiere les cuento los que ha sido registrado con esta enfermedad’.
Terminaron siendo mil personas.
Pero la impresión más fuerte no las dio la sala de la clínica.
Todas las camas estaban atestadas. Y no solo las camas de las salas, sino que habían
colchones y sabanas en el piso con gente enferma. Parecía un hospital de guerra
y la gente seguía llegando. ‘Mierda esto es grave’, me dijo Ximena al oído.
Empezamos a hablar con el medico de turno de apellido Alemán
y nos dijo: ‘Se trata de una epidemia viral, se conoce con el nombre de
influenza. Hay que tener cuidado porque puede complicarse y producir severas
lesiones pulmonares. El medico tuvo que salir atender a un enfermo complicado y
nos dejó solo con una de las enfermeras de turno cuyo nombre no obtuvimos.
Interesados en bautizar la epidemia –tal como lo hacía Marco
Pérez – le lanzamos la pregunta a la enfermera, como quién no quiere la cosa y
la cosa queriendo: ‘¿Carajo, y a esta gripe cómo le irán a decir’? La
enfermera, una mujer gruesa y de tez morena, sin levantar la vista de una planilla
que estaba llenando nos respondió con desparpajo: ‘Será el ‘Abrazo’ del pato,
porque ese es el disco de moda.
Se nos iluminó la mente: ¡Ese es el nombre! No le busquemos
más, nos dijimos y lo apunté en mi libreta. En realidad no había nombre más ajustado para una epidemia.
Era el disco que había puesto a bailar a toda Cartagena, sobre todo en los
sectores populares. A los niños le encantaban y a los viejos les llamaba la
atención. Era muy criollo. Por cierto, con este disco la champeta había salido del
plano netamente vulgar (doble sentido) en que se estaba metiendo y había
alcanzado los primeros lugares de sintonía sin necesidad de explotar el morbo.
En fin… así fue que nació el nombre popular de la fuerte virosis
que hoy ataca a una vasta región del país y que fue en Cartagena donde primero
se tuvo noticia de ella.
El lunes dos de septiembre este diario publicó en primera página
la noticia, pero el editor no se arriesgó a titularla por el lado del abrazo
del pato, porque realmente no sabía que impacto habría de tener, o si era una
enfermedad pasajera.
En las páginas interiores, donde se daba despliegue a la
noticia con fotos del drama en el Seguro, sí la llamamos ‘El abrazo del pato’. Y
así se quedó. Y ahora que el nombre hizo carrera es más fácil para los editores de otros diarios titularla
con el nombre que la enfermera del Seguro le dio casi que por descuido.
Los corresponsales en
Cartagena de telenoticieros nacionales retomaron el nombre, ofrecieron la nota
y a los periodistas ‘cachacos’ les llamó la atención. Les atraía el nombre. Las
notas fueron acompañadas del ritmo champeta, cantada por ‘el Bárbaro’, nombre artístico
de Álvaro Zapata.
‘Alá, mi rey, ¿te has enterado que a los costeños les está
dando una enfermedad que los pone a bailar como un pato’? nos contaron que les
comentó un bogotano despistado de saco y corbatín a un amigo suyo. En realidad,
en el interior no tenían ni idea de lo que era ‘El vacile del pato’, como se
llama originalmente el Pato. Ni mucho menos de la epidemia. La virosis fue regándose por otros departamentos de la Costa
y en ciudades como Sincelejo y Barranquilla hizo estragos. Desafortunadamente
cobró víctimas. Meses más tarde la
epidemia atacó a los bogotanos, después a los paisas y así.
Tal como se ha propagado la enfermedad, el disco de ‘el
Bárbaro’ le ha dado la vuelta al país y ya no solamente la oyen y la bailan en
las esquinas calientes de Olaya Herrera, sino que también empieza a ensayarse en
patios fríos y lúgubres de Bogotá. Los periodistas del interior llamaban a
preguntar por la canción: ‘oiga, hermano, ¿y esa canción champeta de El Pato,
cómo es esa vaina? Y se fueron familiarizando
y el nombre se regó hasta el punto que todos los diarios del país identifican
la enfermedad con el nombre que El Universal le dio, y la propia Ministra de
Salud ayer en una entrevista televisada se refirió a la epidemia con el nombre
de ‘el abrazo del pato'.
Anécdota
‘Profe, es que comemos mucho pato’
Y es que el nombre de ‘el abrazo del pato’
ha dado para todo. En la Universidad de San Buenavebtura, a mediados de septiembre,
un profesor de la materia de Comunicación en el primer semestre de
Administración de Negocios, que conocía el verdadero origen del nombre de la
epidemia quedó sorprendido.
Un estudiante suyo, Carlos Ruíz Reales, uno de los más aventajados
de su clase, llevó para su tarea de oratoria el tema del ‘abrazo del pato’.
El estudiante, con la solemnidad que lo caracteriza, tenía ‘boquiabiertos’
a sus compañeros de clase por la tesis que esgrimía. Según su exposición, se
había dado a la tarea de averiguar cuáles eran los orígenes de la enfermedad y
su relación con el nombre popular con que se le conocía en Cartagena.
El estudiante Ruíz Reales, con datos
aparentemente científicos, consutados con médicos especializados, dijo que la
epidemia se debía a que los cartageneros por aquellos días estaban consumiendo
muchas aves y, especialmente patos, y que estos animales eran víctimas de un virus
que al ser consumido por el ser humano se desarrollaba en el cuerpo y producía
tales malestares.
Por eso – según la investigación del estudiante- se le había
llamado ‘el abrazo del pato’. El profesor –amigo de los periodistas que
hicieron la nota en este diario- estaba’cuajado’ d ela risa por dentro, pero
dejó que su alumno terminara porque lo estaba haciendo bien, aunque la tesis
sobre el origen del nombre de ‘pato’ no fuere del todo exacta.
Después el profesor felicitó a su alumno, pero le dijo a él
y a toda la clase cómo en realidad había surgido el nombre. El joven quedó de
una sola pieza y sus compañeros aprovecharon para hacerle unas cuantas bromas.
Un mes después la noticia del ‘abrazo
del pato’ ya no es tema sólo de los estudiantes de oratoria, sino que las
mismas agencias internacionales de noticias han despachado a sus abonados en el
mundo los estragos que está cobrando esta enfermedad y dicen que en Colombia la
enfermedad fue bautizada en la Costa Caribe – donde primero atacó – con el
nombre de ‘el abrazo del pato’, tal como lo hizo Reuter.
[Esta nota fue escrita por el periodista Vicente Arcieri y fue
publicada en el periódico El Universal el domingo 20 de octubre de 1996.]
Trabajo de recopilación e información de champeta hecha por
Aroldo Mondol Quintana para la página Champeta de los 90.
Correo: champetadelos90@gmail.com
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